¿Qué alternativas tienen las empresas para financiarse hoy?

La recuperación que viene experimentado la economía de América Latina se verá cuando menos frenada por un nuevo shock: el encarecimiento del crédito y el financiamiento en general, como consecuencia del aumento de las tasas de interés, medida que han aplicado los bancos centrales de todo el mundo en un intento por controlar la inflación desencadenada tras la guerra en Ucrania.

Esta nueva coyuntura pone a prueba, una vez más, las destrezas de las corporaciones para asumir nuevos retos, en particular, los relacionados con la búsqueda de alternativas al financiamiento tradicional, entre las que se cuentan acciones más arriesgadas y poco conocidas, como la venta de bienes, el recurrir a la bolsa o echar mano del financiamiento colectivo a través de una plataforma de crowdfunding, como apunta Pedro Said, socio en la práctica financiera y bancaria en Basham, Ringe y Correa.

Pero quizás la novedad más importante que se abre para las corporaciones en medio mundo cada día más preocupado por la salud del planeta, es tomar en cuenta su propia sustentabilidad, un concepto que involucra el desarrollo de sistemas socio-ecológicos que produzcan un impacto positivo en las personas, las comunidades, el medioambiente y que sea sostenible en el tiempo.

Es aquí donde la aplicación de las estrategias ESG (por sus siglas en inglés environmental, social and governance) cobran relevancia, entendidas como el conjunto de acciones que hoy abarcan más allá de lo medioambiental y social para arropar medidas que tocan las condiciones laborales, políticas de igualdad y diversidad, conservación de la biodiversidad, del patrimonio cultural y del gobierno corporativo, asegura Rodrigo Sepúlveda, socio fundador de Cariola, Díez, Pérez-Cotapos.

¿Por qué las empresas deben mirar hacia ellas? Gerson Vaca, socio del área corporativa y ESG en Basham, Ringe, señala que cada vez es más frecuente que los fondos de inversión, los inversionistas institucionales, los grandes bancos y financieros en general tomen estos criterios como determinantes a la hora de escoger a quién financiar y qué tipo de condiciones ofrecer.

Y aunque se trate de una práctica si se quiere incipiente en América Latina y hasta ahora preferentemente reservada a las grandes corporaciones, abre una ventana de oportunidades para que las pequeñas y medianas empresas se involucren en tan crucial aspecto, como bien lo señala Ángel Escalante Carpio, socio fundador de Escalante & Asociados.