¡Hola!
Amor. Parte I
Soy fan de las comedias románticas. Me gustan tanto que puedo verlas 20 veces, como los chicos que piden que les lean siempre el mismo cuento.
Durante estos días vi (otra vez), "La princesa que quería vivir", con la bella Audrey Hepburn y Gregory Peck. Ella es una princesa harta, completamente hastiada, de todos los protocolos de la realeza. Y cuando llega a Roma, rodeada de su riguroso séquito, decide escapar del palacio para probar un poco de esa vida que ve siempre desde las ventana. Confusiones mediante, en la calle conocerá Joe Bradley, un corresponsal de un diario neoyorquino que al principio no advertirá que ella es la famosa princesa sobre la que él debe escribir. Además de la increíble química entre ellos dos, y de las hermosas imágenes de Roma, la película tiene un final memorable. Es algo así como el reverso de Notting Hill, que aún cuando es todo lo edulcorada que puede ser una historia de amor de Hollywood, también es hermosa (soy fan, ya lo advertí).
Amor. Parte II
Una de las series que vi durante mi descanso fue -es, porque no la terminé aún- "This is Us", un melodramón de 18 capítulos por temporada (tiene 5 temporadas). La vi empujada, arriada diría, por los miles de comentarios a favor.
Para quienes no la vieron es la historia de una familia, la familia Pearson. Papá Jack, Mamá Rebecca, y los trillizos Kevin, Kate y Randall. La serie va para adelante y para atrás en el tiempo de modo que es inagotable la cantidad de historias que puede narrar, pero digamos que el centro del universo es lo que ocurre con estos cinco integrantes. En el momento del parto de los trillizos, uno de los bebés muere, y justo ese día, un bombero encuentra a un bebé negro abandonado en la puerta del cuartel, lo lleva al hospital y papá Jack decide adoptarlo.
La serie es adictiva, hace lagrimear unas dos veces por episodio sin falta, y maneja muy bien temas como la adopción, los problemas alimenticios, la discriminación, el racismo, la imposibilidad de ser justo aún en el intento de serlo, y el largo etcétera de temas familiares imaginables.
Lo malo, creo, es que algunos personajes son tan irrazonablemente buenos y comprensivos que nos hacen quedar a los que estamos de este lado de la pantalla muy deslucidos. Sí, ya sé, para eso existe Hollywood, y las series, y la fantasía. Para realidad, esto que nos rodea con su coronavirus incluido.. Entonces, nada mejor para olvidarnos de todo esto que una buena dosis de This Is Us, que tiene amor para regalar por todos los costados.
Desamor. Parte III.
El año pasado se cumplieron 20 años del estreno de "Con ánimo de amar", la mejor película de Wong Kar-wai. La volví a ver y no puedo dejar de pensar que es una obra maestra, con una música para tener como banda sonora de fondo, y con unas imágenes que se quedan pegadas a la memoria durante días.
Los protagonistas de la película son el señor Chow y la señora Chang. Él está casado conuna mujer siempre ocupada; y ella con un señor que viaja mucho. Cada vez más alejados de sus ausentes parejas, Chow y Chang empiezan a fijarse el uno en el otro, mientras coinciden, una y otra vez, en los pasillos y callejones de su barrio. Los espacios que elige Wong para retratar esos encuentros son transitorios: los pasillos, los marcos de las puertas, los reflejos en los vidrios, unas escaleras, una callecita donde compran la sopa de fideos. Finalmente Chow y Chang hablan, y se confiesan mutuamente que sus cónyuges tienen una aventura. A partir de ahí, la película se desdobla para ocupar el vacío de los amantes. Y los dos protagonistas comienzan a ponerse en el lugar de sus parejas, imaginando cómo fue su aventura, una aventura que la película ha decidido dejar fuera. Y sí, entre ellos crecerá algo parecido a un enamoramiento. Pero está es una película triste. Tristísima. Y hay mucho que no se ve, por elección del inteligente director. La recomiendo. Mil veces. Vale literalmente la pena
Tanto amor en pequeñas porciones viene a cuento de algo que pensé que podíamos armar. El año pasado, cuando comenzó la larga cuarentena, organizamos una sección que se llamaba "Recetas con historia". Muchos lectores nos escribieron contándonos precisamente eso, una preparación y todo lo que acompañaba esa comida. Fue una manera de revivir momentos, de acordarnos de seres queridos, de compartir el placer de la mesa, de emocionarnos. Este año, el proyecto va a tomar otro rumbo. Tanto amor en pequeñas porciones, entonces, es una invitación a narrar historias de amor de nuestras tierras; las de nuestros abuelos, las de nuestros padres, las nuestras. Los que quieran sumarse, pueden mandar un mail acá, y nosotros nos pondremos en contacto para poder contar la historia en cuestión.
Después de este larguísimo y amoroso mail, me despido. Hasta mañana...
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